Comarca de las Cinco Villas – Turismo

Castillo – Sos del Rey Católico

Descripción Castillo – Sos del Rey Católico Muchos son los visitantes que, a lo largo del año, vienen a mi villa para conocer uno de los pueblos más bellos de España, con su casco urbano medieval, los singulares edificios religiosos y civiles que alberga, sus murallas y portales y el recinto fortificado, en el cual me podrás encontrar. No en vano, soy una de las villas que da nombre a la Comarca de las Cinco Villas, siendo la más norteña de las cinco. Mi historia es la historia de Aragón y de la tierra de frontera en los duros años de la Reconquista frente a los musulmanes y, después, frente al vecino Reino de Navarra. Mi presencia en la villa data del s.IX, época en la que el rey navarro Sancho Garcés I me restauró, allá por el año 908, aunque, según Abbad Ríos, debo ser anterior. Durante los s.X y XI fui una de las plazas fortificadas más importantes de Aragón frente a los musulmanes del Sur, cuyo control era clave para aragoneses y navarros. Formaba parte de la línea de frontera que, junto con otros castillos del Sur del Prepirineo aragonés, vigilaba los vastos territorios y plazas musulmanas de la Taifa de Zaragoza. Más tarde, a partir del s.XIII, época en que Aragón y Navarra se separan definitivamente, fui punto avanzado frente al reino vecino, situado en zona fronteriza, lo que me convertía en un puesto privilegiado y estratégico. Por esta razón mi villa se dotó de fuertes murallas y un notable castillo, los cuales aún se conservan y son reconocibles en un paseo por mis calles. Como castillo me encontrarás en la Peña Feliciana, sobre un promontorio en lo más alto de la villa. Mi situación elevada me permite controlar el panorama desde el Pirineo hasta la ciudad navarra de Sangüesa, lo que dice mucho de mi situación estratégica frente a Navarra. En mi recinto amurallado destaca mi Torre del Inicionaje, esbelta, almenada y edificada con fuertes sillares de gran calidad, al lado de una torre vigía circular con saeteras, junto a la iglesia parroquial románica de San Esteban, construida en el s.XIII sobre cripta del s.XI. El caserío se construyó alrededor de mi edificación, hecho que atestigua que fui el elemento originario de la villa y en torno al cual surgió la población, arracimada a mis muros, buscando mi protección y creciendo al amparo de mi esbelta torre. Many visitors come to my town all year round to see one of Spain’s most beautiful sites. With my medieval oldtown, the unique religious and public buildings, the old walls and gates, and my fortified enclosure, here I am. It is no surprise that it is one of the towns that gives its name to the Cinco Villas Region, being the northernmost of these. My history is the history of Aragon, as well as the history of the border during the Reconquista against the Muslims and then later against then neighbouring Navarre Kingdom. My presence in the town dates back to the 9th century, when the King of Navarre, Sancho Garcés I of Pamplona, restored me around the year 908, although I must have existed before, according to Abbad Ríos. During the 10th and 11th centuries, I was one of the most important fortified plazas in Aragon against the Muslims in the south. I was vital for both Aragon and Navarre. Along with other castles, I was part of the border that watched over the vast Muslim territories and plazas of the Taifa de Zaragoza to the south of the Pre-Pyrenees. Later, from the thirteenth century, when Aragon and Navarre were separated for good, I became a strategic outpost against the neighbouring kingdom, located on the border, which made it a privileged and strategic position. That is why my town was fortified with strong walls and a magnificent castle, which can still be seen on a stroll through my streets. You will find the castle at Peña Feliciana, at the highest point of the town. My elevated position allowed me to watch over everything from the Pyrenees to the city of Sangüesa in Navarre, which says a lot about my strategic location against neighbouring Navarre. The Torre del Inicionaje stands high above my walled enclosure, slender, embattled and built with strong and high-quality ashlars. There is a circular watchtower with arrowslits by its side, next to the Roman Iglesia de San Esteban, which was built in the 13th century on top of a crypt from the 11th century. The homestead was built around me, which is testament to me being an original feature of the town, and one that encouraged people to settle around me, behind my walls, seeking my protection, and growing beneath the shadow of my imposing tower. Nombreux sont les visiteurs qui, tout au long de l’année, viennent découvrir Sos del Rey Catolico, l’un des plus beaux villages d’Espagne, avec son centre-ville médiéval, ses édifices religieux et civils uniques, ses murailles, portails et son enceinte fortifiée, dans laquelle vous me trouverez. Sans surprise, c’est l’une des villes qui donne son nom à la comarque des Cinco Villas ; la plus septentrionale des cinq. Mon histoire est l’histoire d’Aragon et de la terre frontalière pendant les dures années de la Reconquête face aux musulmans et, plus tard, contre le royaume voisin de Navarre. Ma présence dans la cité remonte au IXe siècle, époque où le roi navarrais Sanche Ier m’a restauré, vers l’an 908. Cependant, selon l’historien Abbad Ríos, je dois être encore plus ancien. Aux Xe et XIe siècles, j’étais l’une des places fortifiées les plus importantes d’Aragon face aux musulmans du Sud, et mon contrôle était essentiel pour les Aragonais et les Navarrais. Je faisais partie de la ligne frontalière qui, avec d’autres châteaux du sud des Pré-Pyrénées aragonaises, gardait les vastes territoires et les places musulmanes de la taïfa de Saragosse. Plus tard, à partir du XIIIe siècle, lorsque l’Aragon et la Navarre se séparèrent définitivement, je fus un avant-poste face au

Ermita de Santa Lucía

Descripción Ermita de Santa Lucía A las afueras de la villa de Sos, en el camino hacia Sangüesa, se encuentra la Ermita de Santa Lucía. Por mi ubicación paso bastante desapercibida, ubicada extramuros, en uno de los caminos de salida de la villa, sobre terreno rocoso y escarpado. Mi construcción no debió ser fácil, debido a lo fragoso del terreno, por lo que fui construida con fuerte piedra sillar y reforzada con altos contrafuertes, lo que me confiere un aspecto robusto, muy típico de la zona cincovillesa, a pesar de mi pequeño tamaño. Antiguamente estaba consagrada a San Miguel Arcángel, pero en 1301 cambiaron mi advocación por la de Santa Lucía, celebrando oficios en mi interior para el 13 de diciembre, día en el que soy visitable. Mi factura pertenece al estilo románico tardío, en la que destaca el sistema mediante el cual la nave de cañón se apea sobre arcos fajones apuntados, mediante el uso de ménsulas a media altura, sobre la que descansan los arcos, en vez de llegar hasta el suelo. Estas ménsulas además están decoradas con representaciones de cabezas humanas y monstruos, en una suerte de lucha entre el Bien y el Mal. Sin embargo, si hay algo que llama la atención en mi interior, son las pinturas murales góticas halladas en los muros del ábside, ocultas durante años por una capa de blanqueo. Representan la leyenda de San Miguel Arcángel, uno de los santos guerreros por excelencia de este período histórico. Originariamente cubrían toda la cabecera, desde el suelo hasta la bóveda, de un extremo a otro de la misma. En la actualidad, las pinturas que se conservan son unos pocos restos de lo que antaño albergaba, pero nos dan una imagen de la importancia artística que tuve dentro de la villa. You will find me on the outskirts of the town of Sos, on the road to Sangüesa, known as the Ermita de Santa Lucía. I usually go unnoticed due to my location, outside of the walls, on one of the roads leading out of the town, on a rocky and rugged plot. My construction must have been difficult, due to the rough terrain, meaning I was built with strong ashlar stone and strengthened with high buttresses which gives me a robust appearance, despite my small size, but I am very typical of the Cinco Villas region. I was originally enshrined to San Michael the Archangel, but in 1301 this was changed to Santa Lucía, and I host celebrations here on the 13th of December, a day when you can visit me. My style is of the latter Roman period, which is accentuated by the way in which the barrel vault rests on top of pointed arches, by using corbels halfway up that the arches rest on instead of going down to the floor. These corbels are also decorated with images of human heads and monsters, depicting a type of battle between the Good and the Evil. However, the most eye-catching feature inside my building is the Gothic mural paintings displayed on the walls of the apse, hidden beneath a layer of whitewash for many years. They illustrate the legend of Saint Michael the Archangel, one of the most revered warrior saints from this historical period. They originally covered the entire chancel, from the floor to the vault, from one end to the other. Nowadays, the paintings still here are just remains of what I once had, but they still show off the artistic status which I held in the town. Vous me trouverez à la périphérie du village de Sos, sur la route qui mène à Sangüesa. Je suis l’ermitage de Santa Lucía. Situé à l’extérieur de la ville fortifiée, sur l’une des routes sortant du village, je passe plutôt inaperçu. Ma construction n’a pas dû être facile en raison du terrain rocheux et escarpé sur lequel je me dresse. Je suis un temple en pierre de taille solide renforcé par de hauts contreforts, ce qui me donne un aspect robuste, très typique de la région des Cinco Villas, malgré ma petite taille. Autrefois, j’étais dédié à Saint Michel Archange, mais en 1301, mon invocation fut réorientée vers Sainte-Lucie, et des offices sont célébrés en mon sein le 13 décembre, jour où l’on peut me visiter. J’arbore une esthétique caractéristique du style roman tardif, avec notamment un système par lequel la voûte en berceau s’appuie sur des arcs transversaux en ogive, par l’utilisation de corbeaux à mi-hauteur, sur lesquels reposent les arcs, au lieu d’atteindre le sol. Ces corbeaux sont également ornés de représentations de têtes humaines et de monstres, dans une sorte de combat entre le Bien et le Mal. Cependant, les éléments qui attirent le plus l’attention à l’intérieur de ma construction sont les peintures murales gothiques retrouvées sur les murs de l’abside, cachées pendant des années par une couche d’enduit. Ces peintures représentent la légende de Saint Michel Archange, l’un des saints guerriers par excellence de cette période historique. À l’origine, elles recouvraient tout le chevet, du sol à la voûte, d’un bout à l’autre de celle-ci. À l’heure actuelle, les peintures conservées ne sont que quelques vestiges de ce que j’abritais autrefois, mais elles nous donnent un aperçu de l’importance que j’avais au sein du village d’un point de vue artistique. Descargar PDF accesible Foto a Foto Vídeo en lengua de signos Compartir

Judería – Sos del Rey Católico

Descripción Judería – Sos del Rey Católico En el Aragón medieval se dio una circunstancia particular, que hizo que nuestras ciudades y villas presenten un aspecto tan variado y excepcional: la presencia de minorías raciales y la convivencia entre todos sus pobladores. Así, era habitual encontrar comunidades de hebreos y musulmanes compartiendo una misma villa con pobladores cristianos, en una suerte de convivencia obligada, a veces pacífica, otras en una paz alterada por disturbios. Aunque en las Altas Cinco Villas no quedaron musulmanes tras su temprana conquista, sí que permanecieron los hebreos, conformándose así en parte esencial de la historia de nuestras villas durante siglos. Como judería de Sos, fui una de las más populosas, llegando a albergar un sexto de los habitantes de la población. Me ubicaba en el antiguo Barrio Alto, detrás del Palacio de Sada. Estaba formada por unas treinta casas en torno a una calle principal, desde la que surgían diversos callejones sin salida, llamados callizos, y el edificio de la Sinagoga, hoy convertido en casa rural. En mis calles encontrarás nombres tan sonoros y evocadores como Plaza de la Sartén, Calle Sal si puedes, Túnel del Perdón, Coliseo, Mentidero y La Luna. Incluso algunas casas conservan la mezuzah tapada y la cruz de cristianar, símbolo de la conversión al cristianismo de sus habitantes. Estaba delimitada por portales que cerraban el acceso, teniendo además la salida fuera de las murallas por el Portal de la Reina. Su expulsión en 1492 conllevó la pérdida de una buena parte de la población de la villa, así como un fuerte descenso económico. Su partida hacia la vecina Navarra dejó la villa sumida en un período de tristeza en muchos sentidos, después de tantos años de convivencia pacífica. Por lo tanto, es nuestro deber mantener viva su memoria y su recuerdo en nuestra villa, su paso por nuestra tierra y su gran legado. In medieval Aragon there was a particular characteristic that gave our towns and villages a different and unique appearance: the presence of racial minorities and the coexistence of the inhabitants in these towns. It was common to find communities of Jews and Muslims living alongside Christians, in a sort of forced coexistence that was sometimes peaceful and sometimes fractioned. Although there were no Muslims left in the Altas Cinco Villas after its early conquest, the Hebrews stayed on, becoming an essential part of the history of our towns for centuries. The Judería in Sos was one of the most populous, hosting one sixth of the town’s residents. I was located in the old Barrio Alto, behind the Palacio de Sada. I was formed of thirty houses, all built around a main street, where there are several dead-end streets, called callizos, and the Synagogue, now turned into a country house. My streets have remarkable and evocative names such as the Plaza de la Sartén, Calle Sal Si Puedes, Túnel del Perdón, Coliseo, Mentidero and La Luna. Some houses even preserve their covered mezuzah and their Christian cross, which represents the conversion to Christianity made by local residents. I am surrounded by walls and gates that closed off access with there also being an exit through the walls using the Portal de la Reina. The expulsion of the Jewish population in 1492 meant that a large part of the town’s population was lost, resulting in a strong economic decline. Their departure to the neighbouring Navarre left the town in a period of depression after a long period of peaceful coexistence. It is therefore our duty to keep their memory alive in our town, as their settlement in our land left a great legacy. Dans l’Aragon médiéval, une circonstance particulière s’est produite, conférant aux villes et villages du coin un aspect si varié et exceptionnel : la présence de minorités raciales et la coexistence entre les peuples. Ainsi, il était courant de trouver des communautés de juifs et de musulmans partageant le même village avec des colons chrétiens, dans une sorte de coexistence forcée, parfois pacifique, parfois troublée par les mésententes. Bien qu’aucun musulman ne soit resté dans les Altas Cinco Villas après leur première conquête, les Juifs restèrent, formant ainsi une partie essentielle de l’histoire de nos villages pendant des siècles. En tant que juiverie de Sos, j’hébergeais l’une des plus vastes communautés juives, qui représentait un sixième de la population du village. J’étais située dans l’ancien Barrio Alto, derrière le Palacio de Sada. J’étais composée d’une trentaine de maisons organisées autour d’une rue principale, d’où partaient diverses impasses appelées callizos, et du bâtiment de la Synagogue, aujourd’hui transformée en maison rurale. Mes rues portent des noms évocateurs tels que Plaza de la Sartén, Sal Si Puedes, Túnel del Perdón, Coliseo, Mentidero et La Luna. Certaines maisons conservent même la mezouza couverte et la croix chrétienne, symbole de la conversion au christianisme de ses habitants. J’étais délimitée par des portails qui fermaient l’accès à mon quartier, et la sortie de la ville fortifiée se faisait par le Portal de la Reina. L’expulsion de la communauté juive en 1492 entraîna la perte d’une bonne partie de la population de ma cité, ainsi qu’un fort déclin économique. Leur départ pour la Navarre voisine a plongé la ville dans une période de tristesse à bien des égards, après de longues années de coexistence pacifique. Par conséquent, il est de notre devoir de faire vivre la mémoire de leur passage sur nos terres et de l’héritage important qu’ils ont laissé. Descargar PDF accesible Foto a Foto Vídeo en lengua de signos Compartir

Lonja – Sos del Rey Católico

Descripción Lonja – Sos del Rey Católico Si subes por la cuesta que va desde la Plaza de la Villa hacia el recinto del castillo, te encontrarás con mi edificio, la Lonja. El proceso de apertura política y cultural vivida por los reinos cristianos de la Península Ibérica a partir del s.XI se vió favorecido por el crecimiento y auge del Camino de Santiago, que atrajo numerosos peregrinos, con el consecuente intercambio comercial y cultural. Los mercados y las lonjas se convirtieron en lugar de transacción de todo tipo de mercancías, en ambos sentidos, de entrada y salida, por los que llegaban objetos del Norte hacia la Península, pero también pasaban otros desde territorio musulmán hacia Europa, donde eran ampliamente valorados. No se conoce con exactitud mi fecha de construcción, pero cabe señalar que en las principales ciudades de la Corona de Aragón las lonjas se implantaron en la Baja Edad Media, así que seguramente fui construida en el tránsito del Medievo a la Edad Moderna, en torno al s.XV. Como espacio comercial, en mis estancias se realizaban ventas y transacciones al por mayor, mientras que, en el espacio del mercado, se vendía directamente al consumidor. Además, servía como antesala del Ayuntamiento, puesto que también era el lugar donde se reunía el concejo medieval. Quien entraba en mi edificio, se encontraba con una amplia sala construida en piedra, que daba a un espacio abierto cubierto por cuatro arcos apuntados. Albergaba además un aljibe, dos pozos usados como neveros y tres hendiduras para colocar vasijas de vino o aceite. En este espacio los mercaderes hacían sus transacciones y se reunía el concejo de la villa, buscando la orientación sur, al calor del sol de mediodía. Con el paso de los siglos tuve otros usos, como cárcel durante la Guerra Civil Española, de cuya época conservo interesantes inscripciones, tanto de la guerra como de la posguerra. En la actualidad albergo en la sala principal la biblioteca municipal y, en el espacio porticado y el patio se celebran conciertos, mercadillos y todo tipo de actividades culturales, como el Festival Luna Lunera, que se realizaba hace años en las noches estivales, enriqueciendo la oferta cultural de mi villa de Sos. You will find my building, the Lonja, on the hill heading up from the Plaza de la Villa towards the castle. The process of political and cultural openings experienced by the Christian kingdoms on the Iberian Peninsula since the 11th century was aided by the growth and rise of the Way of St. James, which attracted numerous pilgrims and brought with it consequent commercial and cultural exchanges. The markets and lonjas became a trading place of all kinds of goods, both imports and exports, which meant goods from the North could be taken to the Peninsula while others could pass from the Muslim territory to Europe, where they were greatly valued. The exact date of my construction is unknown, but it should be noted that lonjas were established in the late Middle Ages in the main cities ruled by the Crown of Aragon, so I was probably built somewhere between the Middle Ages and the Modern Age, around the 15th century. As a place of business, wholesale sales and dealings were done in my private rooms, while direct consumer sales were made in the market area. In addition, I served as a hall for the Town Hall as well, since it was also the place where the medieval council used to meet. Whoever came into my building would find a large stone hall, leading to an open space covered by four pointed arches. I also had a cistern, two wells used as cool chambers, and three clefts used to store barrels of wine or oil. Merchants did their business here and the town council held its meetings in this space, which faces to the south, seeking the warmth of the midday sun. Over the centuries I had many other uses, and was used as a prison during the Spanish Civil War. I still have some interesting carvings from this time, both from the war and the post-war period. Nowadays, I house the main local library and my arcaded courtyard hosts concerts, street markets and all kinds of cultural activities, such as the Festival Luna Lunera, which was celebrated years ago on summer nights as a cultural offering of Sos. Si vous montez la pente qui va de la Plaza de la Villa vers l’enceinte du château, vous tomberez sur ma construction : la Lonja. Le processus d’ouverture politique et culturelle vécu par les royaumes chrétiens de la péninsule ibérique à partir du XIe siècle a été favorisé par la croissance et l’essor du chemin de Saint-Jacques-de-Compostelle, qui a attiré de nombreux pèlerins et stimulé les échanges commerciaux et culturels. Les marchés et « loges » devinrent des lieux de transaction pour tous types de marchandises par lesquels des objets arrivaient du Nord vers la péninsule Ibérique, mais d’autres passaient aussi du territoire musulman vers l’Europe, où ils étaient très appréciés. Ma date exacte de construction est méconnue, mais il convient de noter que dans les principales villes de la Couronne d’Aragon, les loges naquirent à la fin du Moyen Âge, je fus donc probablement construite lors de la transition aux Temps modernes, vers le XVe siècle. En tant qu’espace commercial, les ventes et transactions en gros étaient effectuées dans mes salles, tandis que l’espace du marché servait à la vente directe au consommateur. De plus, je servais d’antichambre de l’Hôtel de Ville, puisque j’étais aussi le lieu où se réunissait le conseil médiéval. Celui qui pénétrait dans l’enceinte de mes murs se retrouvait dans une salle construite en pierre, qui s’ouvrait sur un espace couvert par quatre arcs en ogive. J’abritais également une citerne, deux puits utilisés comme glacières et trois renfoncements pour placer des récipients de vin ou d’huile. Dans cet espace, les commerçants effectuaient leurs transactions et le conseil de la cité se réunissait, cherchant une orientation sud, sous les rayons