Descripción
Judería - Uncastillo
La presencia de la comunidad hebrea en Aragón está documentada desde el s.IX hasta su expulsión en 1492. Durante los siglos que permanecieron en nuestra tierra, habitaron los conocidos como barrios judíos o juderías, de los cuales la de Uncastillo es una de las mejor conservadas. Me sitúo en torno a una calle principal, la Carrera Mayor, renombrada como Barrio Nuevo tras su expulsión. Mi barrio es reconocible por la estrechez de mis calles, la presencia de restos de los portales que antaño cerraban el acceso por la noche y los callejones o gallizos, que daban acceso a las viviendas. Como dato curioso cabe comentar que es el único barrio de la villa donde no hay ninguna casa señorial ni, como es lógico, ninguna iglesia. Lo que sí se ha conservado, gracias al destino, es el edificio de mi sinagoga. Fue construida en el s.XIII y se ha conservado porque tras la expulsión, el edificio fue adquirido por el concejo municipal. En la actualidad, tras su rehabilitación, se puede visitar una parte de la misma, ya que el resto está ocupado por viviendas particulares. A las afueras de la localidad, extramuros, se ubica el cementerio judío, al que el cortejo fúnebre llegaba atravesando el Puente de Los Judíos. Mi rescate lo ha materializado la Fundación Uncastillo, que además gestiona las actividades que se realizan sobre mi pasado hebreo, así como el servicio de visitas guiadas, junto con las del torreón.
The presence of the Hebrew community in Aragon is recorded as being from the 9th century up until their expulsion in 1492. During their time here, they lived in the Jewish quarters, and Uncastillo is home one of the most well preserved in the area. I am situated on a main street, the Carrera Mayor, renamed Barrio Nuevo after the expulsion of the Jewish people. My neighbourhood can be easily identified by the narrowness of my streets, the ruins of the gates that once cut the area off at night and the alleys or gallizos, which provide access to the houses here. An interesting fact it is that it is the only neighbourhood in the town where there is no manor house and, of course, no church. Luckily, my synagogue building has also been preserved. It was built in the 13th century and was kept because after the expulsion, the building was acquired by the local council. Since its renovation, it is only possible to visit a part of the building, since the rest is used as private houses. On the outskirts of the town, just outside the walls, is the Jewish cemetery, which the funeral processions would reach by crossing the Puente de Los Judíos. The Fundación Uncastillo has set about recovering this and also undertakes projects located to the town’s Jewish past while also offering guided tours of the town and the tower.
La présence de la communauté hébraïque en Aragon est documentée du IXe siècle jusqu’à son expulsion en 1492. Pendant des siècles, ils ont habité les quartiers juifs ou « juiveries », celle d’Uncastillo étant l’une des mieux conservées. Rebaptisé Barrio Nuevo après l’expulsion des juifs, je m’organise autour d’une rue principale, la Carrera Mayor. Mon quartier est reconnaissable à l’étroitesse de ses rues, à la présence de vestiges des portails qui fermaient autrefois l’accès la nuit, et les ruelles ou gallizos, qui donnaient accès aux maisons. Il convient de mentionner que c’est le seul quartier de la ville où il n’y a pas de manoir et, bien sûr, pas d’église. Ma synagogue, cependant, tient toujours sur pieds. Construite au XIIIe siècle, elle a été conservée car après l’expulsion, le bâtiment fut acquis par le conseil municipal. Elle a été réhabilitée et on peut maintenant en visiter une partie, car le reste est occupé par des maisons privées. À la périphérie du village, hors de la cité, on trouve également le cimetière juif, où le cortège funèbre se rendait en traversant le Puente de los Judíos. Mon sauvetage a été financé par la Fundación Uncastillo, qui gère également les activités liées à mon passé hébreu, ainsi que le service de visites guidées de mon quartier et de la tour.