Recorrer sus calles te transporta al pasado, tanto por sus casas como por la iglesia local de San Esteban, que se alza sobre el caserío sobre un escarpado rocoso. Este templo se transformó y amplió en el siglo XVI.
Posee también el Museo Micológico de Isuerre, uno de los pocos de esta temática que existen en Aragón. En sus salas se explican las particularidades de las setas, especialmente, de las que se pueden encontrar en el bosque cercano.