Es un municipio rodeado de un bello paisaje montañoso, las calles y plazas presentan la huella del pasado, en escudos y aleros singulares, y en los sillares de piedra con que están hecho. Sobre ellos, la iglesia parroquial de la Asunción, de finales del siglo XVII.
También es conocido por la recuperación de sus tradiciones. En concreto, desde el año 2004 se impulsa, cada noche de San Juan, un ritual antiguo y propio: el Rito de los Herniados. El primer documento gráfico que se conserva de esta tradición local data de 1926, aunque en la localidad defienden que se hacían mucho antes. Fue el cineasta e investigador, Eugenio Monesma, el que acudió a Lobera de Onsella para grabar este ritual y gracias a él comenzó su recuperación hace unos años.