Esta pequeña localidad toma su nombre del enclave rocoso en el que está asentada. Su casco urbano esta formado por un conjunto de antiguas casonas solariegas de piedra que componen buena parte de los edificios de la localidad. Sobresale entre las casas la iglesia parroquial de San Sebastián del siglo XIV. Se trata de un templo de estilo gótico, de una sola nave y cabecera con un tramo recto y otro poligonal, al que se accede por una portada en arco de medio punto. En su interior guarda retablos de gran interés como el de San Sebastian del siglo XVI de estilo manierista o los de la Virgen.
La localidad conserva dos peirones: el Pilar de la Cruz, en la plaza del mismo nombre, y el de San Isidro, a las afueras del pueblo. También a las afueras se conserva un antiguo pozo de hielo. Cerca de Piedratajada aún se pueden ver restos de las antiguas minas de cobre y yacimientos arqueológicos como el de San Melorge.