Este bello municipio está ubicado en una zona montañosa en las estribaciones de la Sierra de San Juan de la Peña, un enclave único en plena naturaleza. Solamente dar un paseo por sus calles empedradas observando su arquitectura en el entorno en el que se ubica ya es un regalo.
Pero hay que añadirle la belleza de su iglesia románica y sus dos ermitas: la Virgen de La Paruela y la de la Virgen del Pilar.
Durante mucho tiempo el municipio fue guardián de uno de los conjuntos pictóricos más singulares de Aragón: las pinturas murales románicas que cubrían el ábside y las naves de su iglesia de San Julián y Santa Basilisa, un templo de estilo románico de influencia lombarda. Hoy, este conjunto pictórico ocupa un sitio de honor en el Museo Diocesano de Jaca. Estas pinturas son, según constata la historiadora María Pilar Giménez Aísa, el conjunto más antiguo de pintura románica conservadas en el ámbito europeo.