Sorprende el magnífico estado de sus calles y edificios, así como la belleza de su iglesia de Santa Ana, patrona de la localidad, o la ermita de Miramonte, a donde los vecinos acuden en romería a finales de mayo. También es emblemático su entorno, las ermitas de San Juan de Barto y la de San Vicente, así como el castillo de Ballestar, excelente ejemplo de arquitectura militar del siglo XV, hoy de propiedad privada, o la pequeña localidad de Casas de Esper, un espacio enclavado en un área de gran belleza natural.
Pero si por algo destaca Ardisa es por mantener vivas sus tradiciones con múltiples actividades, como la jornada de recuperación de la colada tradicional que llevan a cabo las mujeres en su lavadero, recientemente restaurado. O las propuestas acuáticas que impulsan durante el verano en el río, ya que en esta localidad está ubicado el único embarcadero utilizable de la comarca. Desde el mismo se organiza en agosto una actividad tremendamente popular, que permite disfrutar de un descenso por el Gállego lleno de magníficos paisajes.