El municipio toma su nombre además de por la composición del terreno en el que se halla, por el trabajo de la piedra en una cantera próxima de la que se extraía arenisca. Hoy en día conserva su pozo de hielo, la iglesia barroca de Santa María la Mayor y la ermita de San Roque.
En cuanto a su paisaje, la parte más baja de las Cinco Villas, la convierten en una llanura que destaca por sus tierras margosas, salitrosas y yesíferas, convirtiéndose en una zona de estepa con un ecosistema personal y particular, diferente a otros enclaves, pudiendo observar espartos o albardines, el sisallo, y las aromáticas salvias, tomillos, romeros y, como no, las capitanas que ruedan por las grandes extensiones de terreno que rodean esta localidad que invita al visitante a parar.
En cuanto a su paisaje, la parte más baja de las Cinco Villas, la convierten en una llanura que destaca por sus tierras margosas, salitrosas y yesíferas, convirtiéndose en una zona de estepa con un ecosistema personal y particular, diferente a otros enclaves, pudiendo observar espartos o albardines, el sisallo, y las aromáticas salvias, tomillos, romeros y, como no, las capitanas que ruedan por las grandes extensiones de terreno que rodean esta localidad que invita al visitante a parar.