Tras abandonar Sos, y después de atravesar el pequeño núcleo de Mamillas, llegamos a Sofuentes. En sus inmediaciones se hallaron restos arqueológicos, el proyecto Cabeza Ladrero, de una ciudad de mediano tamaño (unas 19 hectáreas de terreno) cuya cronología arrancaría en el Bronce final y perduraría hasta la tardoantigüedad (entre los siglos VIII a.C. y V d.C.). Además, la abundancia de restos romano-imperiales en esta comarca nos lleva a suponer la prolongada presencia de todo un clan familiar de terratenientes con un potencial económico que les permitió construir, no sólo imponentes mausoleos, sino instalaciones termales modernas y complejas (como los Bañales, yacimiento ubicado en el término municipal de Uncastillo).
No es extraño que, paseando por las calles de esta pequeña población emplazada cerca de la antigua Vía Augusta, resulte sorprendente ver cómo los vecinos tienen en sus casas altares, inscripciones en las puertas, capiteles corintios sosteniendo balcones, miliarios en los jardines, bloques con epígrafes sepulcrales… constituyendo un auténtico museo al aire libre. Entre sus edificios destaca un interesante torreón medieval con arcos apuntados y saeteras. El Convento de los Escolapios es un conjunto de dependencias del siglo XVII con una pequeña iglesia barroca. La iglesia de San José conserva una talla gótica de la Virgen con el Niño y un Cristo barroco del siglo XVIII.