En este municipio destaca su iglesia parroquial, dedicada a Santa Águeda, construcción que conserva en su interior algunas joyas, como el lienzo barroco de Santa María Egipciana y el retablo mayor, de comienzo del siglo XIX.
También es muy apreciado por su vino y su aceite, que se producen todavía artesanalmente en la cooperativa del municipio. Tradición que se fusiona con la historia de esta localidad, en la que encontraron en un montículo cercano al municipio un yacimiento de icnitas (huellas) de grandes mamíferos, similares a rinocerontes y caballos primitivos, que vivieron hace doce millones de años, concretamente en el Mioceno.
En total, son un conjunto de 121 huellas fosilizadas –de ahí el nombre de icnitas– didáctilas, de dos dedos, y tridáctilas, de tres, situadas en superficie de 168 metros cuadrados que se puede visitar, ya que está señalizada, dotada de una barandilla de seguridad y explicada mediante un papel. Este yacimiento es uno de los cuatro que se conservan en Europa de la época del Mioceno.